Civismo y civilidad
Hoy pasados mis 60 años, recuerdo que en los primeros años de primaria se nos impartía una asignatura de civismo que enseñaban a dar las gracias, a saludar, a ponernos de pie en señal de respeto por las personas mayores, a ceder el puesto a las embarazadas, así como a los ancianos y a los enfermos, a comportarnos decentemente sin gritar y sin interrumpir, a reconocer los derechos de los demás para mantener una sana y respetuosa convivencia.
Lógicamente, a esa edad, nos reíamos y convertíamos la clase en juego, nos burlábamos de la profesora, pero lo fundamental, nos quedó grabado y aún hace parte de nuestras vidas, de nuestros principios y valores.
Luego, en bachillerato, hoy llamada secundaria, nos reforzaban con una asignatura que se le llamaba comportamiento y salud que abarcaba algo más de la convivencia ciudadana, adentraba un poco en la exploración mítica del sexo, enseñándonos el respeto por las personas y sobre todo por el sexo opuesto, entendiendo a su vez diferencias conceptuales, e igualmente nos orientaba en hábitos saludables. […]